VIDA | Karla Guadalupe González Niño

VIDA

Karla Guadalupe González Niño

(MÉXICO)

 

Los sonidos de los disparos se espaciaban cada vez más. Robert sostenía el arma con fuerza sin dejar de vigilar a su alrededor. Desde hacía un rato había perdido contacto con su equipo. Siguió avanzando por la línea del subterráneo y después se coló por los túneles de la ciudad. Llegó a las ruinas de una fábrica, hizo un reconocimiento del exterior. No había salida.   

Tres años antes, una invasión alienígena cambió la historia de la humanidad. Seres transparentes de formas redondas y esqueletos luminiscentes descendieron en la Tierra con el fin de aniquilar a los humanos. No fue posible entablar comunicación con ellos, no lo permitieron. Los sobrevivientes se agruparon lejos de las ciudades y, posteriormente, organizaron resistencias. Se debía ir a las urbes para conseguir suministros de armamento y comunicación. Por lo menos existían siete concentraciones humanas, además, de vez en cuando se hallaban sobrevivientes diseminados.

Robert decidió regresar a las profundidades. Caminó hasta los canales que salían al mar. Bajo un tranquilo atardecer, los seres se mostraban imponentes, deambulando en medio de los escombros plagados de naturaleza salvaje. Uno de ellos se percató de su presencia. Él se escondió de inmediato. Se desplazó por las tuberías sigilosamente, esperaba encontrar los depósitos de desechos al oeste de la localidad para regresar al refugio.

Mientras subía uno de los ductos, un ser chocó de frente con él. Sus extremidades se extendieron con una velocidad devoradora, pronto Robert bajó su arma para entrar en el sueño inducido por el alienígena. En su mente, él llegó al lugar donde creció. Subió las desgastadas escaleras de aquel edificio, su casa estaba abierta. Una extraña sensación de temor recorría su cuerpo, sus latidos empezaban a ensordecerlo. Escuchó unos ruidos en el cuarto, se acercó y empujó la puerta.

Frente a él, estaba un Robert pequeño siendo abusado. Era la primera de recurrentes violaciones por parte de su padre. Robert volvió a sentir todo el dolor, recordó los constantes insultos y sus intentos de suicidios. Ese Robert frágil, al que no le creyeron, el que estaba tan harto de la vida emergió. Con un ligero movimiento de su mano, levantó el arma hasta su sien y se disparó. El ser lo depositó cuidadosamente sobre el suelo, retrajo sus extremidades y prosiguió con su recorrido.

Cada muerte humana fue por mano propia. Los alienígenas conectaban con los recuerdos más oscuros de las personas para incitarlas al suicidio. Cuando no había suficientes razones, manipulaban su mente para obtener el mismo resultado. Era un método eficaz para destruir a los humanos. En poco tiempo, podrían concluir esa labor e iniciar con la siguiente etapa: establecer interacciones mutualistas con las otras especies terrestres. Ese era el acuerdo.

 

Aliens

Un microrrelato dentro del Reto CREATIVARTE «Control mental y otras manipulaciones «📡✍️

2024🕰

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