EL DOBLE DE SANTA | Carlos Enrique Saldívar💥🌲

 

EL DOBLE DE SANTA

Carlos Enrique Saldívar

(Perú)

A Dean R. Koontz

Sí, su hermano solía decírselo. Ten cuidado. En Noche Buena suelen aparecer cosas malas. El doble de Santa, le dicen. Una criatura extraña y perturbadora que desparrama dolor y muerte por doquier. Las carcajadas de su hermano mayor torturan su mente. Carlos, de catorce años, se ríe de un modo particular. Guillermito, a sus siete años, no comprende cómo puede existir tanta maldad en el universo.

Es víspera de Navidad, su madre le pregunta si está enfermo. Debes acostarte, cuando despiertes tus regalos estarán al pie de tu cama. Pero no los traerá Papa Noel, él sabe bien quién vendrá a visitarlo. No quiso ver aquella revista de su padre, esa hermosa mujer desnuda. Los niños malos son castigados. El doble de Santa llegará pasada medianoche, en vez de dejarte un regalo se llevará un trozo de tu cuerpo, el que más extrañes. Carlos contó la leyenda. Ahora eres parte de ella.

Miedo.

Anochece. No puedes dormir, te dedicas a construir trampas. Dejas el pasadizo hacia tu habitación cubierto de objetos cortantes. Te ubicas junto a la puerta, ansioso, con un bate de beisbol en las manos. En la oscuridad esperas a que ingrese. Escuchas ruidos tras la puerta, alguien se ha caído. Es él. Pronto querrá entrar. El pomo gira, la puerta se abre despacio. Tiene el traje de Santa Claus, sabes muy bien que es una farsa, pues no es muy grande ni es regordete. Golpeas varias veces su cabeza con el bate hasta que cae al suelo. Todo ocurre en total negrura. No se mueve. Has acabado con el maldito. Observas su rostro. No te preocupes, Guillermito, hiciste lo correcto, has matado a la criatura. Pero… ¿qué pasa? Su cara te resulta familiar. Demasiado familiar. Te aterras… ¿Carl…? Y de pronto gritas.

La luz del cuarto se enciende. Es tu hermano mayor que penetra aún mareado por el sueño. ¿Qué pasa, Memo?

¿Papá? ¿Mamá?

Hace un rato fueron a la casa de los Jiménez. Carlos hace un gesto de susto al ver el cuerpo tirado en el suelo de la habitación. ¿Y este quién mierda es? Se acerca, lento, y ve la cara del intruso. Guillermito retrocede y cierra la puerta de espaldas. Carlos no puede creer lo que vislumbra. El intruso es igual a él. El mismo tamaño, la misma faz, los mismos ojos. Su doble. No entiende. O, mejor dicho, lo presiente. Es él, su futuro. ¡Es parte de la trampa!

Entonces siente una puñalada.

Un calor infernal al costado derecho de su columna.

Trastabilla y cae encima de la cama de su hermano menor y… Guillermo está ahí, arrebujado entre las sábanas. Duerme profundamente. Entre sueños el niño hace un gesto de molestia, se echa de costado. No despertará, el ardid funciona. ¿Y quién está pinchándome?

Otra puñalada. Y otra.

Una risa gutural se cierne en la inmensidad del cuarto.

Antes de sumirse para siempre en el mundo de las pesadillas y el dolor sinfín, Carlos escucha una frase que lo hace pensar fugazmente en el germen de la más tenebrosa leyenda:

¡Feliz Navidad, pendejo!

MUTANTE NAVIDAD ☠️🌲

DENTRO DEL RETO CREATIVARTE #15

Diciembre 2023

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